Cuando creyó que se moría,
un amigo, me contó
que él era culpable de los siete pecados capitales.
Avaricia, envidia, gula, lujuria, pereza,
soberbia, ira.
Jamás me confesé, dijo. - Yo no quería
que el cura gozará más que yo
con mis pecados y por avaricia, me los guarde.
No confesé que me daban envidia las moscas que podían
volar bajo la pollera de esa mujer.
Gula, si, gula desde la primera vez que la vi,
el canibalismo no me pareció tan mal,
por lujuria o rayos X
yo siempre la veía desnuda,
como desnuda se ve la espada a pesar de la vaina.
Meterme en ella era la único que no me daba pereza,
fuera de ella yo andaba,
desganado, asueñado, como bicho, fumigado,
me arrastraba sin rumbo, ni tumbo.
y en ella estuve
más entrando que saliendo.
Hasta que cometí la soberbia
de creer que ella era yo
y una noche, loco de ira
rompí a golpes ese espejo.
-Eduardo Galeano.
un amigo, me contó
que él era culpable de los siete pecados capitales.
Avaricia, envidia, gula, lujuria, pereza,
soberbia, ira.
Jamás me confesé, dijo. - Yo no quería
que el cura gozará más que yo
con mis pecados y por avaricia, me los guarde.
No confesé que me daban envidia las moscas que podían
volar bajo la pollera de esa mujer.
Gula, si, gula desde la primera vez que la vi,
el canibalismo no me pareció tan mal,
por lujuria o rayos X
yo siempre la veía desnuda,
como desnuda se ve la espada a pesar de la vaina.
Meterme en ella era la único que no me daba pereza,
fuera de ella yo andaba,
desganado, asueñado, como bicho, fumigado,
me arrastraba sin rumbo, ni tumbo.
y en ella estuve
más entrando que saliendo.
Hasta que cometí la soberbia
de creer que ella era yo
y una noche, loco de ira
rompí a golpes ese espejo.
-Eduardo Galeano.
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