Soñadores trepando nubes

sábado, 18 de febrero de 2012

-Hard times for dreamers.

     Ayer en un intento de ir al cine la máquina se rompió y nada bueno, eso, no pude ver la película. Muerte al calor intenso que hacía en el shopping. El día de hoy fue un lindo extraño día. Me dormí como a las 4, a las 5 me desperté como si ya fuera suficiente y no pude dormirme hasta las 6. A las 9 me desperté sin entender porqué estaba despierta a esa hora un Sábado. Comprendí que tenía planes. Me levanté. Tomé café. Corté una remera, no sé si a alguien ya se le ocurrió hacer eso recién levantado pero ES TODO UN TEMA. Al final, no me la puse. Hacía mucho tiempo que no salía oficialmente a hacer algo con solamente mis amigas. Desayuné con Mari y Joaquin primero, aunque cuando llegamos al shopping aún no habían abierto las tiendas. El McCafé no es tan lindo como el del Prado y hacía calor. Tomé un jugo de naranja gigante. Tenían unas sillas muy lindas y estaban pasando a Amy. Hablamos y hablamos, música, películas y libros son siempre nuestros temas y por eso lo disfruto tanto. Después fuimos a Yenny como por una hora, literalmente. Pasamos por adelante de la tienda de juegos(?) y entramos a jugar, les gané 10 a 3 en el tejo a Joaquín y una carrera en los autos a Mari. No tuve tanta suerte con esas máquinas que sacás cosas. Bueno acá creo que no están diseñadas para que la gente saque algo. En fin, fue muy inocente de mi parte pensar que podía ser mi día de suerte. Joaquín se fue. Nos vino sueño y decidimos ir a morir a la plaza de comidas. A las horas (no, mentira) (bueno Cecilia sí) llegaron las demás. Almorzamos comida china con Belu. Ceci un pedazo de tarta lamentable. Mari una milanesa exactamente redonda como el plato. La negra se está tomando sus vacaciones. Hablamos un rato pero yo odio la sobremesa eterna así que nos paramos. Fuimos a lo de Belu y Mari se fue. Vinieron Maxi y Emi. Pensamos que iba a ser incómodo pero nada que ver. Jugamos al desconfio y rompí traseritos. Prometí que no iba a cocinar nada porque tenía mucho calor pero los bastardos siempre me terminan convenciendo. Morí de calor. Después volví para acá. Vino el tío. Charla profunda y caminata por el barrio. 
Y ahora acá estoy, haciendo esto que nada tiene de coherente. 
Pruebas de que no tengo absolutamente nada para hacer. 
No tiene nada de sentido pero precisaba no sé, escribir sin importar sobre qué fuera.

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