Soñadores trepando nubes

sábado, 22 de mayo de 2010


La historia de amor entre Andrés Calamaro y Julieta Cardinali es casi como la de cualquier chico que gusta de una chica y no para hasta conquistarla. Aquí va.

Julieta estaba de novia con Andrés Ciro Martínez, cantante de Los Piojos. Estaba. Porque a principios de abril ella lo deja y, solita su alma, se va a España a filmar una película con Angela Molina. En España vivía Calamaro. Vivía. Porque en abril deja su piso del barrio de Salamanca en Madrid y viaja a Buenos Aires para atender un juicio ridículo y tocar en el Luna Park con la Bersuit.
Buenos Aires/Madrid. Madrid/Buenos Aires.
Julieta y Andrés se cruzan en el aire y no se ven, aunque él ya la tiene en su mente.

(Flashback al verano del 2005. Fiesta de casamiento de la pareja super top compuesta por Vicentico y Valeria Bertuccelli. Julieta va divina como acompañante de su entonces novio Andrés Ciro y como amiga de la novia. Calamaro también va y no le puede sacar los ojos de encima en toda la noche, pero se abstiene de hacer nada porque, según dice en ese momento, "soy un pibe con códigos".)

En Buenos Aires, Calamaro deambula por la ciudad, se reúne con amigos a tocar, sale a cenar por Palermo, planea un disco con lo mejor de. No encuentra por ningún lado a Julieta. Las revistas de chismes están obsesionadas con el embarazo de Leticia Bredice, nadie dice nada de la rubia que vuelve loco a Andrés. Es como si se la hubiera tragado la tierra. Finalmente, después de tres meses, ella vuelve y retoma su vida social. Sale con amigos, se divierte. El también. Una noche, como si fuera una ficción de Pol-ka, coinciden en una cantina frecuentada por ricos y famosos de Villa Crespo. El muere de amor y ella ni se da cuenta. Lo ve, pero se va. El se desespera y empieza a preguntar cómo conseguir su teléfono.
Pero el teléfono no le hace falta porque unos días después, Calamaro tiene otro golpe de suerte: va a visitar a Fito Páez a su departamento de Recoleta y, desde Palermo, lo llama Romina Ricci —la madre de su hija Margarita— que estaba con... ¡sí! con Julieta. ¿Qué hacen? Nada. Vénganse. Allá vamos. Las chicas llegan a lo de Fito y, antes de que se le escape por tercera vez, Calamaro encara a Julieta y le pide el teléfono y muchas cosas más.

Desde ese día —esa noche, no se separaron más. Duermen todas las noches juntos (a veces en la casa de ella, en Belgrano; a veces en la casa de él, en Barrio Norte), ven películas, preparan comidas, visitan amigos. Ella tuvo que grabar un episodio de la serie que estrenará Telefé, Numeral 15 y él la acompañó, le cebó mates a la producción y le regaló bombones y flores un día que ella se lastimó un dedo con un vidrio.
El 11/9 le dedicó su premio en la entrega de los Konex y declaró: "Siempre le canté al amor y lo vengo a conocer recién ahora". Ella lamentablemente se lo perdió porque estaba visitando a su mamá.

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