Soñadores trepando nubes

miércoles, 12 de mayo de 2010


Puede que a veces todo sea confusión y nada tenga sentido, pero quizás es así como debe ser, para poder encontrar esa pasión por aquello que nos desordena, o lograr disfrutar realmente de ese caos. Puede que no siempre actúes según lo que piensas. A veces se ama algo durante eternidades y un día te levantas y te das cuenta que ya no te sientes así, pues has caminado bajo demasiados soles, y recogido demasiadas semillas. Renunciar a una pasión, puede llegar a ser casi tan fácil y rápido como encontrar una. Morir por una pasión, puede ser una decisión de un segundo, o un arrepentimiento de por vida. Intentar entender a alguien, buscar códigos, encontrar que llaves lo abren, hondar en los confines de sus misterios, todo se transforma en misiones de vida. Y mientras llueve lejos, y cerca truena, pero al lado brilla el sol, y enfrente, el viento azota, tú te mueves. Entonces aparecen fantasmas. Buenos y malas. Hijos del rencor o de la emoción. Fantasmas. Aires de recuerdos de frutas silvestres y aires de lluvia a punto de caer. Caos. Respira. Parpadea. Sueña. Caos. Puede que estés solo, puede que sea la compañía justa y necesaria. Puede que te sientas más compañía que protagonista, puede que te sientas más actor que guionista. Dudas. Van y vienen, jugando a las escondidas, se adueñan de las mentes y cortan su rutina. Pero por suerte, cada día nuevo, sale el sol.

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