Soy de una tierra hermosa de América del Sur, en mezcla gaucha de indio con español. De piel y voz morochas, vi en mi guitarra que al mundo van las coplas...
Mi casa es donde canto porque aprendí a escuchar la voz de Dios que afina en cualquier lugar, ecos que hay en las plazas y en las cocinas, al borde de una cuna y atrás del mar. Si en esta andanza un día me espera la vejez, ya mi niñez le hará la segunda voz; y al fin con dos gargantas, a mi agonía, le cantaré en la oreja del corazón: Vamos a la distancia, sí,
que soy el trovador, si la distancia llama
yo jamás veré ponerse el sol.
que soy el trovador, si la distancia llama
yo jamás veré ponerse el sol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario