Soñadores trepando nubes

martes, 7 de diciembre de 2010

Ella buscaba en su armario
porque había perdido la razón,
yo exprimía diccionarios
para poder hacer una canción.

No me acuerdo muy bien
cuántos besos dejamos en cada esquina,

pero imposible olvidarme
de aquel cuarto donde aquella noche subió
la adrenalina.

Elegimos el colchón más chico
y pareció de dos plazas,
cuando el colchón terminó 
bienvenido fue el piso
del comedor de su casa.
A cada beso caía una estrella,
cada arañazo calmaba el dolor.

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